Una de las intenciones que tuvimos al fundar Indómitas, fue tener espacios donde crear tribu.

Supongo que alguna vez habrás sentido que la gente con la que te has juntado no termina de llenarte. O tal vez notas que tu tiempo de hablar, hacer o compartir ciertas cosas ya ha pasado. Y que ahora te apetecen otras.

Puede que esto también haya ido acompañado de un sentimiento de culpabilidad por pensar que ya no te sientes parte de ese entorno. Y que además, no sabes a dónde ir ni cómo explicar que necesitas otras conversaciones, otras experiencias, y que tu alma te pide un salto evolutivo sin saber muy bien por dónde encaminarlo.

Y es que ella sabe muy bien lo que quiere, pero a nosotros nos cuesta ponerle palabras que se entiendan. Y no porque sean rebuscadas, sino porque a veces da miedo verbalizar tu verdad porque puede que no te comprendan, o que incluso te critiquen.

Lo cierto es que cuando tú decides ser libre y buscar nuevos horizontes, habrá gente a tu alrededor a la que no le guste. Porque tu libertad les molesta. Les hace recordar que ellos no se atreven.

Y tú eso lo notas, por lo que muchas veces te callarás y no darás rienda suelta a lo que te bulle por dentro.

Por eso nosotras decidimos crear esos espacios donde a través de las dinámicas que tenemos preparadas, van surgiendo conversaciones y corrientes amorosas que sin planearlo, acaban dirigiéndose de algún modo ellas solas. Y dan a cada Círculo un toque distinto, el que sea que se necesita allí en ese momento.

Y en cada uno de ellos han surgido distintas conversaciones donde cada una de nosotras hemos compartido experiencias o simplemente hemos mirado en silencio a otra compañera mientras nos contaba su verdad. Y siempre ha sido de una forma amorosa y entrañable, sin juicios y sin prisas.

Y eso lo han hecho posible cada almita que ha venido a sentarse con nosotras en círculo.

Porque la energía que se crea, y a la que nosotras ponemos mucha intención, permite que cada cual pueda dar rienda suelta a lo que probablemente ni sabía que tenía dentro.

Cuando salimos de allí, somos amigas, cómplices. A veces mantenemos el contacto y otras simplemente el recuerdo.

Y aunque puede que no te haya cambiado la vida, sales mejor de lo que entraste y con más conocimiento de ti.

Tenemos muchas cositas preparadas

Y muchas ganas de sentarnos con vosotras.

¿Conoces a quién le pueda interesar? Comparte nuestra publicación!

¿te gustaría dejar un comentario?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Publicaciones Recientes

Hola, usamos cookies para asegurar que te damos la mejor experiencia en nuestra web. Si continúas usando este sitio, asumiremos que estás de acuerdo con ello. Gracias.